
Y te levantas y sientes que nada puede estar peor, pero tienes que levantarte y eso te empuja.
Hace tiempo que ya nada tiene sentido, que caminas hacia un mundo difuso, apetecible, pero rutinario.
y ya nada te sorprende...
pero sabes que el brillo de sus ojos, de todos esos ojos que te esperan, te hace sonreir. Y miras adelante...
y te acuestas y sientes que nada puede estar mejor