martes, 27 de marzo de 2007


Me pregunto muchas cosas, cada noche. Me pregunto hasta donde llegara todo, que pasará, que haré al dia siguiente, que haré mañana. Y pienso y pienso y solo llego al sueño profundo.
Cierta persona me dijo el sábado que había que cortar el diálogo con uno mismo, que es un poco una versión de que hay que tirar a lante sin pensar. Yo no sé si lo hago o no.
Quizás sí, pues me pregunto si realmente estoy bien, si realmente me gusta mi vida, y me doy cuenta de que ni siquiera sé como es.
Solo se que el hiperhedonismo es mi camino, con respeto, claro, aunque haya gente que no se merezca ni pararse a escribir ahora sobre ellos.
Ayer vimos Hotel Ruanda y me acordé de esa parte de mí que quiere irse, a algún lugar donde llevar camisa o camiseta sea un debate digno de estúpidos. Hacer algo por algo.
La gente critica, critica, critica...buf! A veces me canso de todo lo que está creado y ´siento la paradoja de escribir esto en internet, para muchos el culmen de lo que hemos creado.
No os olvideis de sonreír, de apreciar y de aprender...y seguramente estas palabras nunca las leeran aquellos a las que van dirigidas.

4 comentarios:

hector dijo...

cada uno tiene su destino, que normalmente no es el deseado y ni tan siquiera el esperado. sólo queda vivir, o ir aguantando, hasta que esto, de una forma u otra, se acabe.
por otra parte, y tal y como sucede en las operaciones quirúrgicas, pensar es una de las manera más fáciles de drmirse (en aquellas a uno le obligan a hacerlo para se quede dormido). así que su naturaleza no es mala per se.

misisu dijo...

no estoy mal. Estoy cansada de la gente que lo esta sin razón

hector dijo...

perfecto que no estés mal.
y si lo que buscamos es la propia felicidad, pues el camino es ser felices nosotros

Reymagoo dijo...

Uno de los inevitables de la cotidianidad es rodearse de gente que no te aporta gran cosa. Es más, te enciende y te hace rabiar. Es cierto que muchas veces la gente se queja por cualquier cosa, nunca es feliz... pero esta misma autocrítica haztela a ti misma: parece que no eres feliz con lo que haces ni con parte de lo que te rodea y crees que la búsqueda de tu felicidad está en la cobertura de necesidades de otras personas que no se quejan tanto, porque no tienen nada. Yo creo que estás contradiciéndote en cierto modo: la felicidad está en tu día a día, en tu propia gente (tanto en los que te aportan como en los que te irritan), en valorar que estás haciendo una función en este mundo y que lo estás haciendo bien. Creo que no hay que ir más allá. Pienso que pensar es sano, aunque, como todo, en exceso no lo es tanto. Valora lo que haces en tu cotidianidad, en lo bueno y en lo malo, valóralo, te sentirás mejor.